Durante casi toda la historia, la figura de la mujer ha estado en un segundo plano en muchos sectores de trabajo. A las mujeres sólo se les reservaba el papel de madre y ama de casa, y no podían dedicarse a casi ninguna profesión, a excepción de la de maestra. Muchas mujeres preferían ser señoras de casa, calladas y sin voz ni voto. 

Hoy, 8 de Marzo, se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer y, en Docenzia, hemos querido recordar a 3 grandes mujeres que revolucionaron el mundo de la educación.

El papel de la mujer en la educación

El camino no ha sido sencillo. Muchas personas han luchado muy duro para conseguir el tipo de educación que tenemos actualmente. Fue muy difícil despegar, en un mundo en el que la mujer era un ser inferior.

A comienzos del siglo XX, el 70% de las mujeres eran analfabetas.

Al principio, la formación de las niñas estaba orientada principalmente a que fueran buenas esposas, madres y amas de casa. Pero, algunas mujeres lucharon por una educación más innovadora e igualitaria, que abriera puertas a la mujer en el ámbito laboral.

Mujeres influyentes en Educación

Concepción Arenal (1820-1893)

“Es un error grave y de los más perjudiciales, inculcar a la mujer que su misión única es la de esposa y madre” Concepción Arenal

Concepción Arenal es una de esas mujeres que tienen una historia que creemos que de película. Fue periodista, escritora y se licenció en derecho. 

No se dedicó a la docencia, pero fue una figura clave para la educación de las mujeres ya que, desde muy pequeña, expresó su deseo de estudiar en la universidad. Lamentablemente, cuando llegó el momento, la rechazaron por ser mujer. 

Arenal, una chica con las ideas claras, no iba a quedarse de brazos cruzados. Por lo que, se puso capa y sombrero, y se disfrazó de hombre. Finalmente, la descubrieron, pero el rector de la universidad accedió a hacerle un examen, gracias al cual acabó estudiando derecho. Posteriormente también estudió sociología, historia, filosofía e idiomas. 

Fue una de las pioneras feministas en España, ya que dedicó parte de su vida a revisar la educación de las mujeres. En 1882, realizó una ponencia que causó gran impacto social, en la que se hablaba de las diferencias entre la educación de los hombres y las mujeres.

María de Maetzu (1881-1948)

“Soy feminista, me avergonzaría de no serlo, porque creo que toda mujer que piensa, debe sentir el deseo de colaborar, como persona, en la obra total de la cultura humana” María de Maetzu.

Fue una de las primeras mujeres docentes. En un momento en el que la educación superior aún no estaba normalizada, siendo algunas carreras exclusivas para los hombres, María de Maeztu fundó la Residencia de Señoritas, una institución donde se acogían a todas aquellas mujeres que estuvieran estudiando en la universidad, o quisieran acceder a ella, y que querían ser algo más que “mujer florero”.

Además, Maeztu, participó en varias leyes de educación y, como lo hizo Concepción, ayudó a que los límites de la educación en las mujeres fuesen más amplios, trabajando incansablemente para que las jóvenes pudieran tener la mejor formación universitaria posible.

Otro hito en su biografía fue la creación del Lyceum Club Femenino, donde se realizaban actividades culturales, educativas y políticas a favor de los derechos de las mujeres.

Finalmente, como muchos intelectuales revolucionarios de la época, fue exiliada a Argentina.

María Montessori (1870-1952)

“La primera tarea de la educación es agitar la vida, pero dejarla libre para que se desarrolle” María Montessori.

Quizás este es el nombre que más te suena. María Montessori fue una mujer que dedicó su vida a la formación. Fue una famosa pedagoga italiana que inventó un método de educación revolucionario: el Método Montessori.

Este método estaba dirigido principalmente a los niños de infantil y consistía en que los niños trabajaran con la máxima libertad posible y que, así, estos adquiriesen los conocimientos por sí mismos a través del descubrimiento, gracias a un material didáctico diseñado para ellos.

Este material hacía a los pequeños protagonistas de su propio aprendizaje, ayudándolos a explorar, equivocarse, rectificar y, finalmente, aprender. Así, Montessori confió en el juego como fuente de aprendizaje para los niños. 

Actualmente, esta forma de trabajar en el aula nos parece normal, pero en su momento fueron innovaciones que levantaron gran controversia en el mundo educativo.

La igualdad de género está en nuestras manos

La educación influye de forma crucial en nuestro desarrollo profesional y personal. Debemos plantearnos si la educación que disfrutamos hoy, es igual para todas las personas, con independencia de su sexo. Desde pequeños, se nos inculcan determinados estereotipos de género, haciendo que muchas niñas se vean menos capaces que los niños para estudiar determinadas ramas.

El aula es un lugar privilegiado para enseñar valores como la igualdad de género y el respeto
, y somos nosotros mismos los que debemos transmitir esos valores a futuras generaciones. Porque todo lo que queramos ser, está en nuestras manos.

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