¿Crees que la dislexia se puede dar en adultos o que solo es una cuestión de niños? ¿Consideras que se subestima la dislexia en la sociedad actual? ¿Se puede curar la dislexia con los años? Preguntas que en algún momento te habrás cuestionado pero que, de las cuales, no has recibido respuesta.
Por el principio, la dislexia es considerada un trastorno del aprendizaje que se debe a la dificultad para leer con normalidad dados problemas con la identificación de sonidos y su relación con las letras y las palabras.
Aparentemente parece que tener dislexia implica ser menos inteligente pero no es así. Una persona con este trastorno del aprendizaje puede tener éxito en los estudios o el trabajo con el respectivo apoyo necesario. Esta es una concepción muy común, aunque, desde otro punto de vista, vivimos en una sociedad que nos enseña a minimizar este problema y a generalizarlo en personas que realmente no son disléxicas debido a equivocaciones usuales en la lectura o el habla.
Y ahora, ¿la dislexia sólo es una cuestión de niños? Pues no, este trastorno puede permanecer años sin ser identificado hasta la etapa adulta, momento en el que también se podría intervenir y tratar, no curar, con ayuda de un especialista.
Existen dos tipos de dislexia, dislexia del desarrollo y dislexia adquirida. La dislexia en el desarrollo es el trastorno más común ya que aparece en la etapa infantil debido a un trastorno neurológico. En cambio, la dislexia adquirida es consecuencia de una lesión cerebral o trauma y se origina después de haber adquirido la lectura. Esta última tipología podría manifestarse en la etapa adulta de una persona.
Así, otra clasificación según los síntomas del paciente es:
En este caso, el trastorno neurológico se debe a un incorrecto funcionamiento de la ruta fonológica, es decir, al llevar a cabo una lectura, el sujeto deduce una palabra en vez de leerla. Así, existe dificultad en la descodificación de palabras desconocidas o pseudopalabras y conllevan a la deducción de una palabra conocida.
Por ejemplo, leer “casa” en vez de “caso”.
En el caso de sujetos con dislexia superficial, no se produce un incorrecto funcionamiento de la ruta fonológica, sino de la visual. Este tipo de dislexia implica descomponer las palabras en partes más pequeñas para llevar a cabo la lectura. En este caso, la dificultad surge de la no correspondencia de la pronunciación y de la palabra. Por ello, las personas con dislexia directa o superficial cometen errores de silabeo, acentuación, regularización y de lectura lenta.
En este caso, el sujeto sufre problemas en los dos procesos de lectura, el visual y el fonológico. Por tanto, las personas con dislexia profunda no solo sufren los dos tipos de errores, sino que también cometen errores semánticos. Es decir, en una lectura se sustituye una palabra con otra que no tiene nada que ver visualmente pero que significa lo mismo.
A pesar de tener tan jerarquizados los distintos tipos de dislexia, algunas personas nunca han sido diagnosticadas de este trastorno, aunque seguro que pueden sentirse identificadas con algunos los siguientes síntomas tan comunes:
Aunque no existen tratamientos concretos para la dislexia en adultos, algunos ejercicios pueden ser útiles para mejorar este trastorno.
Los ejercicios ortográficos como cuadernillos «rubio» pueden ser muy útiles para los sujetos ya que practican la composición y lectura de las palabras. En este caso, los especialistas mandan una serie de ejercicios a los pacientes para que en la siguiente sesión pueda resumir las tareas mandadas.
Así, al igual que en el ejemplo anterior, otro tipo de ejemplo son los dictados para identificar las faltas de ortografía.
Leer cuentos tradicionales que el paciente ya conoce podría ayudarle a agilizar su lectura y la comprensión. Este ejercicio se puede complicar, el paciente podría empezar a leer cuentos poco conocidos o inventados.
Así, encontrar diferencias entre dos textos verosímiles podría ser otro ejercicio que puede mejorar la fluidez lectora del paciente.
Es importante reconocer las fortalezas y debilidades individuales de forma que el paciente pueda redactar una lista con aquellos aspectos que pueden paliar sus puntos débiles en su vida cotidiana o laboral. Así, el usuario aprende a aceptar y a tolerar su trastorno.
La dislexia es un tema muy amplio, pero también muy estudiado por profesionales. Por ello, es tan importante la formación en dislexia y otro tipo de trastornos como medio de conocimiento, tolerancia y entendimiento.
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