Los mejores líderes no se preocupan por tratar de ser perfectos, sino que concentran sus energías en perfeccionar sus fortalezas y en colaborar con otros que puedan compensar sus limitaciones. Son capaces de inspirar, facilitar el cambio e impactar en sus organizaciones.

Pero, ¿Qué es ser un buen líder?  Ante todo, no debemos confundir Líder con Jefe, al igual que tampoco tenemos que confundir el liderazgo con el carisma. Según los libros, un Líder es: 

  • Alguien que tiene voluntad de serlo.
  • Alguien a quien le siguen una serie de personas entusiasmadas con su proyecto.
  • Un buen líder debe ser responsable, prudente y oportuno. No sólo tiene que tener seguidores, sino que tiene que ser capaz de identificar, formar y desarrollar nuevos líderes. 
  • Un buen líder tiene que transmitir a sus seguidores empatía, honestidad y, sobre todo, humildad. Los líderes pasan, el liderazgo perdura, o debe perdurar.

“Los buenos líderes nos crean seguidores, crean líderes”

Por lo tanto, según el docente de RRHH de la Escuela de Negocios y Dirección, José Vera, un buen líder debería ser:

  • Inspirador de mutuo respeto.
  • Desarrollador de mutua confianza.
  • Y con una fuerte determinación.

¿Vivimos en una sociedad con líderes incompletos?


Decía William Somerset Maugham que “existen tres reglas para crear nuevos líderes pero, desafortunadamente, nadie sabe cuáles son, ni dónde están.

En momentos de crisis, es cuando se muestran los verdaderos líderes existentes y/o aparecen nuevos líderes. El docente de ENyD no cree que esta sociedad tenga líderes incompletos. “Por suerte todavía quedan entornos en los que los líderes pueden aparecer y desarrollarse de forma natural y adecuada a estos tiempos. El problema del liderazgo radica en la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad de estos tiempos llamados: “VUCA”. Ello no facilita la aparición de verdaderos líderes. Creo que hay una escasez de vocaciones de líderes”.

Según esta encuesta de Randstad en la que participaron 23.058 personas de 25 países, el 47,4% no está satisfecho en su puesto de trabajo, el 52,8% prefiere la estabilidad, el 42,7% se considera buen intermediario y el 66,4% se considera capaz de persuadir. 

La mayoría maneja bien la diversidad y comparte opinión con los demás pero, atención, ¡sólo un 14,1% querían ser jefes (o líderes)!

En épocas de estabilidad, el colectivo tiende a entusiasmarse con facilidad con cualquier proyecto que resulte mínimamente atractivo. El problema, según José Vera, radica en que, “en tiempos de crisis (como el que vivimos), el desencanto y la desafección surgen con facilidad y los verdaderos líderes, o no se atreven a despuntar o, si lo hacen, corren el riesgo de que los “descabecen” o no se atreven a presentar su proyecto. Tiene que producirse una situación de verdadera crisis (guerra o similares) para que los verdaderos líderes se vean “forzados” a aparecer en escena. Todavía estamos muy acomodados”.

Sin lugar a dudas, en un futuro inmediato los CEO’s tendrán que cambiar de estilo de liderazgo. “No tendrán que ser alguien que “tire” de sus seguidores, sino que sus seguidores serán los que les “empujen” aportando ideas para la consecución del proyecto común. Así, la idea del liderazgo compartido, que no “co-liderazgo”, irá tomando cuerpo” explica José Vera.

Hasta hace unas décadas, la información y el conocimiento suponían una fuente de autoridad, de poder. Hoy en día, el conocimiento compartido y al alcance de todos, provoca que el liderazgo también tenga que ser compartido. El verdadero líder siempre ha tenido que estar “al servicio” de sus seguidores.

En los Másteres oficiales online de la Escuela de Negocios y Dirección apuestan por el liderazgo empresarial, la importancia de la función directiva de una empresa y saber gestionar conflictos. El buen líder ha de tener la habilidad de influir en su equipo y conseguir que trabaje con motivación y entusiasmo para llevar a cabo con éxito cualquier objetivo que se proponga. Pero, ¿todo el mundo tiene las aptitudes necesarias para ponerse al frente de un proyecto?

Los buenos líderes se hacen. De hecho, resulta más determinante la formación que la persona va adquiriendo y la experiencia que va acumulando a lo largo de su carrera. Existen multitud de técnicas de liderazgo, como toma de decisiones, conducción de equipos, motivación, comunicación que un aspirante a líder ha de conocer y dominar. En los últimos tiempos cada vez son más los profesionales que demandan formación en liderazgo.

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