Educación

Inteligencia Emocional: Qué es y cómo desarrollarla en el trabajo

La búsqueda de un máster en Inteligencia Emocional se incrementa conforme la necesidad de ayuda de profesionales especializados en desarrollarla, se hace evidentemente más necesaria.

Te contamos qué es la inteligencia emocional, sus fundamentos y cómo es posible aprovecharla y mejorarla en el trabajo.

Qué es la inteligencia emocional

La inteligencia emocional es una de las identificadas por Howard Gardner, al exponer su teoría de las Inteligencias Múltiples.

Esta teoría indica que el coeficiente intelectual de una persona debe medirse en base a varias inteligencias independientes entre sí, aunque lógicamente también interrelacionadas. Son las siguientes: creativa, colaborativa, corporal-kinestésica, emocional, existencial, intrapersonal, interpersonal, musical, naturalista, lingüístico-verbal, lógico-matemática y visual-espacial.

El psicólogo Daniel Goleman se centró en la inteligencia emocional y planteó que representa a su vez un conjunto de habilidades, basadas en la empatía, la motivación, el autocontrol, el entusiasmo y la gestión de las emociones.

Las personas que presentan un alto grado de inteligencia emocional demuestran unas óptimas habilidades sociales, motivación en lo que hacen, gran capacidad de empatía, interés por el autoconocimiento y habilidades de autorregulación, por eso es tan importante trabajar la educación emocional desde la infancia.

Fundamentos de la inteligencia emocional

Los fundamentos de la inteligencia emocional son aquellas características que ayudan a entender su definición y que definen a las personas que destacan en ella. Podemos enumerar los siguientes:

· Análisis de las emociones propias, su significado y cómo reaccionar sobre ellas.

· Expresión de los sentimientos, sin represión y con total sinceridad.

· Razonamiento sobre sus proyectos, sus sueños y sentimientos, para analizar hasta dónde pueden llegar.

· Balance de las acciones que realizan y búsqueda de aquello que pueda ser útil.

· Análisis de aquellos aspectos que pueden modificar o mejorar para que en futuras decisiones todo les vaya mejor.

· Autocrítica de sus acciones en base a la relación de sus emociones.

· Empatía constante con otras personas para saber cómo expresan sus emociones.

· Facilidad para entablar contactos sociales, pero compromiso con aquellos a quienes se sienten más conectados.

· Motivación propia de forma constante, buscando siempre renovarse y obtener nuevas emociones.

Cómo desarrollar la inteligencia emocional en el trabajo

A nivel personal esta inteligencia puede ser muy útil, pero muchas personas están también interesadas en aprender cómo desarrollar la psicología positiva o la inteligencia emocional en el trabajo.

Si se desconocen los fundamentos de esta inteligencia y cómo desarrollarlos, lo mejor es contar con profesionales que saben bien cómo trabajar la inteligencia emocional incluso en la empresa. Por eso la búsqueda de personas especializadas y con experiencia en este tipo de inteligencia está siendo cada vez mayor, para la tan ansiada regulación emocional.

En cualquier caso, para mejorar la inteligencia emocional en la empresa es importante conocer algunas acciones que pueden formar parte del día a día laboral y sobre las que sí tenemos capacidad de control, como por ejemplo las relaciones interpersonales.

La comprensión y regulación emocional es fundamental para entender, controlar y modificar estados emocionales que no nos hacen ningún favor a la hora de relacionarnos con el resto de compañeros del trabajo.

En primer lugar, se puede desarrollar con la valoración de triunfos de otros profesionales, de forma constructiva, sin comparaciones ni críticas gratuitas.

La aceptación propia es también otra característica que podemos trabajar. Hay que aceptar los errores que se cometen y no juzgar las emociones transitorias como definitivas. Pasarán conforme transcurra el tiempo.

Una separación práctica entre emociones y raciocinio ayuda a identificar mejor cómo se siente cada uno y qué acciones realizar para enmendarlo. Por ejemplo, si se sabe comparar entre enfado y tristeza, es posible redirigir un conflicto profesional hacia un ámbito más adecuado y resolutivo. 

Mejorar tus habilidades sociales frente a tus compañeros, amigos o familiares despertará en ti, tu inteligencia emocional educativa adquirida en la infancia y te ayudará a trabajar en un entorno laboral mucho más positivo, limpio y equilibrado.

La empatía es clave, también a nivel profesional. Cada persona tiene sus experiencias y reacciona de forma distinta a las situaciones. Lo mismo sucede en primera persona, debemos entender que nuestros sentimientos pueden no compartirse por otros en la empresa.

Valora tus éxitos y analiza tus fracasos, pero no te centres exclusivamente ni en unos ni en otros. Con el equilibrio óptimo de tus emociones sabrás actuar profesionalmente cada vez con mayor acierto. Controlar el equilibrio entre emociones y salud es crucial tanto en el trabajo como en cualquier ámbito que surja en el día a día.

Laura Gómez

Licenciada en Psicología y Orientadora Académica

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