¿Cuántas personas rodean nuestro círculo más cercano? Y, ¿Cuántas de ellas crees que son tóxicas? Seguramente en algún momento de tu vida te has planteado estas cuestiones, aunque no hayas obtenido una respuesta 100% clara.

Y es que, creemos que este perfil no es tan frecuente, pero las estadísticas demuestran que 1 de cada 100 personas, muestran rasgos psicopáticos tóxicos. Jesús Matos, psicólogo especializado en gestión de la tristeza, afirma que en las altos-medios mandos de una empresa, esta cifra alcanza un 70%. Una cifra alarmante y a la vez sorprendente.

“Meteculpas, envidiosos, profesionales de la herida… el ‘tóxico’ será capaz, además, de lograr que pensemos que el error es nuestro y no suyo, minar nuestra autoestima” María Ángeles Bastor, psicóloga experta en orientación cognitivo conductual.

¿Qué es una persona tóxica?

El ser humano no nace presentando toxicidad alguna, esta designación se adquiere con el paso del tiempo debido a una serie de factores internos y externos en el individuo. Así, una persona tóxica podría definirse como aquella que afecta de forma directa y negativa a su entorno dada su personalidad egoísta y narcisista, entre otros aspectos.

Este tipo de comportamientos se da en diferentes ámbitos de la sociedad. Una persona con actitudes tóxicas, puede afectar a la productividad y al ambiente interno de una empresa. También puede generar distanciamientos entre familiares y grupos de amigos. Incluso pueden generar problemas psicológicos a parejas u otras personas.

Características de una persona tóxica

Existen patrones comunes en las personas con comportamientos psicopáticos tóxicos. Y aunque gran parte de los rasgos, presentados a continuación, suelen ser visibles en este tipo de personas, no todas tienen que manifestarlos.

No dejan de hablar de ellos

Uno de los aspectos más comunes en este tipo de personas es el egocentrismo. Así, una persona tóxica suele llevarse la conversación a su terreno y acabar hablando de situaciones propias, dejando de lado los sentimientos de la otra persona y considerándose como poco empática.

Contagian su pesimismo

Este quizás no es un patrón tan definido y quizás, puedan llegar a confundirte ya que se camuflan en comportamientos optimistas vacíos. En el fondo, este tipo de personas, suelen tener actitudes pesimistas y no son capaces de ver el lado positivo de la situación, afectando en la moral de personas de su alrededor.

Terminan dando pena

Otra actitud propia es el victimismo, si, siempre se hacen los mártires. Las personas tóxicas suelen ver todo de forma horrible y no quieren hacer nada por cambiar su situación. Pero eso no es todo, intentar ayudarlos y quitarles importancia a todos esos dramas, implica que la persona con comportamientos tóxicos, se enfade por no comprender la situación que está viviendo.

Posesión

Son excesivamente dependientes y “succionadores”. Este es un patrón claro, la posesión tanto física como emocional es algo que prima en las personas tóxicas. Así, al principio puede parecer un sentimiento bonito y de respeto, pero no, finalmente te aíslan y separan de rutinas y amistades.

Minimiza éxitos ajenos

No tener empatía implica no valorar el éxito de los demás. No saben gestionar sus emociones y carecen de capacidades para actuar de forma sana. A esto se le suma la envidia, actitud clara en las personas tóxicas.

Personalidad impredecible

Tienen una personalidad impredecible, por eso, no sabes por dónde pueden salir. Asi, las personas de su alrededor intentan agradar a las personas tóxicas para evitar cambios impredecibles en su comportamiento o actitudes desproporcionadas.

¿Cómo neutralizar a una persona tóxica?

Parece imposible salir de una relación tóxica pero no. El experto Javier Iriondo, especialista en crecimiento personal, recomienda el uso de la asertividad para poner límites y distancia con las personas tóxicas.

De este modo, neutralizar a una persona tóxica se basa en saber decir que no, hacerse respetar, mostrar confianza y frenar determinados comportamientos.

Esto es fácil de decir, ¿verdad? Además, la cosa se complica aún más, cuando la persona tóxica es parte de tu familia, es tu pareja o incluso si es un compañero de trabajo. En estas situaciones hay que plantearse, ¿acaso el hecho de vivir contigo, ser alguien cercano o incluso pasar 8 horas diarias implica que te puedan hacer callar, minar tu moral o hacerte sentir más pequeño?

No se pueden permitir determinados comportamientos y menos, que te invadan emocionalmente. Así, la respuesta más clara y concisa es decir NO.

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