La rutina diaria puede suponer un verdadero reto a todos los niveles, ya sea laboral, personal, sentimental, etc. La resiliencia se considera la mejor virtud con la que afrontar cada problema, cada obstáculo y cada adversidad con éxito, aunque los resultados no sean los que pensabas que obtendrías.

¿Qué es resiliencia?

La resiliencia es la capacidad que tiene el ser humano de asumir con flexibilidad aquellas situaciones adversas y de sobreponerse a ellas. Así es cómo lo concibe la Real Academia Española de la Lengua  (RAE).

En el ámbito psicológico podemos identificarlo como la capacidad de una persona para afrontar una crisis o una situación que sea traumática y, de hecho, salir fortalecida de esa experiencia.

¿Cuáles son sus características?

La resiliencia no es innata, sino que se adquiere conforme avanzamos en la vida. Se puede educar a los niños a ser resilientes, transmitiéndole confianza y creyendo en sus posibilidades.

Una persona adulta puede también ser más resiliente que hasta ahora. ¡Es una cualidad que puede entrenarse! En muchas ocasiones, derivado de situaciones críticas que han conseguido superar y han aprendido de ello.

En otros casos, hay personas resilientes porque han tenido a familiares que les han inculcado esta aptitud a lo largo de los años.

Para alcanzar esa resiliencia (algo posible para todo el mundo) es importante conocer los límites propios y celebrar los éxitos obtenidos, para aumentar nuestra autoestima y fomentar nuestras capacidades.

La resiliencia también es relacional. El contacto con otras personas, conocer sus sentimientos y vivir experiencias con ellas ayuda a fomentar esta capacidad.

El fracaso es muchas veces inevitable. La resiliencia aprovecha estas situaciones cuando de él se aprenden experiencias, se obtiene conocimiento y se descubre cómo prevenir futuros problemas.

10 Cualidades de una persona resiliente

Una persona resiliente puede desarrollar una personalidad que contará con las siguientes cualidades:

1. Realistas: Conocen sus capacidades, por lo que pueden plantearse objetivos dentro de sus límites.

2. Optimistas: Son capaces de identificar los obstáculos y afrontarlos como una nueva oportunidad.

3. Perseverantes: Las personas resilientes tienen tanta inciativa como paciencia y ese esfuerzo constante les ayuda a alcanzar sus objetivos.

4. Flexibles: Tienen una alta capacidad de adaptarse y ser tolerante ante los cambios.

5. Sociales: Las relaciones sociales de las personas resilientes son mayores que en otras personalidades y, además, tienden a rodearse de gente como ellos.

6. Creativos: La resiliencia ayuda a afrontar las adversidades desde nuevas perspectivas, fomentando con ello la creatividad.

7. Autoconfianza: La autoestima alcanza su mayor nivel con la resiliencia, lo que permite confiar en las capacidades propias.

8. Divertidas: Son capaces de encontrar el punto de humor, incluso en los momentos difíciles, lo que les permite no estar tan afectados por los problemas.

9. Emocionales: Una persona resiliente desarrolla más su inteligencia emocional, es capaz de identificar lo que siente y también de compartirlo.

10. Comunicativas: La resiliencia fomenta la comunicación, ya que se basa en gran medida en la sociabilidad.

La importancia de la resiliencia en la vida y en el trabajo

La resiliencia es tan importante en la vida personal como también en el espacio profesional. Algunas de las ventajas que podemos aprovechar de ella en cada ámbito son las siguientes:

Ventajas de la resiliencia en la vida

· Ayuda a reducir e incluso eliminar estrés innecesario.

· Permite ser más flexible, adaptarse a los cambios e incluso cambiar puntos de vista.

· Fomenta las emociones positivas, lo que también ayuda en las relaciones con otras personas.

· Permite contar con el apoyo de los demás, lo que se traduce en un sentimiento de seguridad y confort personal.

· Evita en mayor medida problemas emocionales como la depresión o, al menos, ayuda a salir de ellos más fácilmente.

Ventajas de la resiliencia en el trabajo

· Ayuda afrontar situaciones de conflicto con un espíritu conciliador.

· Fomenta el trabajo en equipo, con mayor comprensión por las opiniones de los demás.

· Aumenta la paciencia y permite afrontar objetivos a largo plazo.

· Ayuda a afrontar la incertidumbre en el ámbito laboral.

· Impulsa un clima laboral más positivo, divertido y productivo.

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